7/8/12
Identidad
River no ganó los titulos que ganó por una sucesión de hechos afortunados ni por eso que algunos llaman "mística". Tampoco tuvo los ídolos que tuvo por casualidad. Todo lo que es River y lo que logró tiene que ver con su identidad, que no es otra que el buen fútbol.
Muchas veces nos han criticado a nosotros, los hinchas de River, por ese "paladar negro" que, decían, nos hacía poco pragmáticos y, supuestamente, nos convertía en un equipo sin "mística" (mística entendida como pegar patadas y ganar títulos por penales). Muchas veces hemos sufrido, por nuestro gusto por el buen fútbol, injurias sobre nuestra falta de carácter y ese duradero mote de gallinas.
Sin embargo, fue precisamente esa identidad la que nos hizo ganar todo lo que ganamos. Fue nuestro buen juego el que nos hizo grandes y que nos convirtió en el referente más grande de una forma de entender el fútbol en este país. Y fue esa reputación la que nos convirtió en un semillero de estrellas, al revés de aquellos rivales de siempre que compraron prácticamente a todos los grandes jugadores que tuvieron. La máquina, Onega, Kempes, Alonso, Ortega, Aimar, Saviola, D'alessandro, Lamela. Eso somos y eso fue lo que nos hizo grandes.
En los últimos años River no sólo perdió la guita que se afanaron los dirigentes, la costumbre de ganar títulos, los grandes jugadores que se fueron por dos pesos y hasta la categoría. También perdió la identidad y eso es lo más triste de todo. Antes de irnos a la B, nos hicieron creer que olvidarnos de todo lo que habíamos mamado desde que vimos jugar a River por primera vez era la única forma de salvarnos, y el tiempo demostró que estaban equivocados. Jugamos con cinco defensores y de esa forma nos fuimos a la B, por más que se hayan sacado bastantes puntos. Ahora, después de un año con el mismo técnico, River parece haberse acostumbrado a una nueva identidad. Tira pelotazos, centros, se basa en la pelota parada y carece, salvo pocas excepciones, de jugadores como los de antes, esos que trataban con amor a la pelota y daban ganas de verlos jugar. Hoy River compra jugadores dignos de otros equipos con identidades muy distintas a la nuestra y los hace pasar como grandes refuerzos (llámense Luna, Mercado, Bottinelli, etc.).
Hoy, en el torneo argentino, hay un equipo que juega en la cancha de River, que se viste como River y se llama River; pero que no es River.
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